Hace poco tuve la suerte de poder ilustrar un libro infantil, aunque este no es el campo en el que suelo trabajar, disfruté tanto la experiencia que me decidí a seguir desarrollando la ilustración de cuentos como proyecto personal... Aunque a veces no es suficiente con querer, si no que en nuestra cabeza necesitamos darle sentido a las cosas; afortunadamente ya se encarga el destino de facilitar nuestras vidas guíandonos y poniéndonos en el buen camino a través de exposiciones fantásticas como la retrospectiva de Sergei Diaghilev y el Ballet Ruso en el Victoria&Albert Museum de Londres.
Allí, además de morir de síndrome de Stendhal, tuve la suerte de descubrir el trabajo de artistas rusos que no conocía. Algunos de ellos pertenecientes a la revista y movimiento Mir Iskusstva. Investigando un poco más llegué a la figura de Ivan Bilibin (1876-1942), un ilustrador y escenógrafo que inspirado por el folclore eslavo de su Rusia natal recopiló e ilustró un gran número de cuentos rusos.
Ivan Bilibin, por Boris Kustodiev, 1901 |
Bilibin empezó su carrera comisionado por el estado para ilustrar una serie de documentos folclóricos. Viajando por el norte de Rusia, conociendo y dibujando arquitectura, vestimenta y tradiciones, fue forjando su estilo tan personal, tan realista y tan "ruso". Fue así como los artistas del Mir Iskusstva le invitaron a formar parte de su círculo, ya que el grupo se había formado con el objetivo de ensalzar el arte y la cultura rusa, de manera ajena a influencias y tendencias extranjeras.
En 1899 publicó su primer volumen de cuentos rusos. En sus ilustraciones, las selvas, las montañas y los paisajes de la vieja Rusia tienen tanta importancia como la acción misma. Muchas veces encuadra sus imágenes con marcos ilustrados con motivos folclóricos y botánicos. Su paleta cromática es cálida e intensa. Se reconocen influencias de la estampa japonesa y también del estilo bizantino ya que vivió en el Cairo y viajó por Alejandría., Los personajes van ataviados con pesados ropajes autóctonos y cualquier elemento textil tanto decorativo como de vestuario está plagado de estampados y bordados tradicionales. Esta es una de las muchas características que me fascinan de sus ilustraciones, algunas de ellas parecen ilustraciones de moda experimentos y estudios de estampados.
El pequeño caballo Jorobado, 1912. |
Vasilisa the Beautiul. |
Diseño para Opera, 1909. |
Diseño Para Opera, 1909. |
Cuando veo una ilustración de Bilibin, parece que siento el frío de la nieve en la cara o me imagino resguardada del invierno en la típica Izba forrada de alfombras y tapices oliendo a la leña en la chimenea y oyendo a los lobos aullar. Su estilo es caprichosamente realista y tan fiel a su entorno que es válido para niños y adultos, a veces casi más para adultos. Esto es lo que hace especial a su imágenes y lo que hizo que los artistas de la Unión rusa se fijaran en su trabajo, parece que sus cuentos y bilinas ilustrados, pudieran ser parte de la historia rusa y haber pasado en la verdad
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